miércoles, 23 de mayo de 2012

EL SUEÑO INFANTIL, PESADILLAS Y TERRORES NOCTURNOS


Hablar del sueño infantil es referirnos al período diurno o nocturno durante el cual los niños descansan y a la vez asimilan y organizan todo lo vivido. Durante el sueño maduran física y psíquicamente y se ejercitan en su independencia del mundo exterior. Además cumple una función reguladora y reparadora en el organismo.

¿Cómo ayudar al niño a que se duerma bien?

La hora de acostarse en los niños es uno de los momentos más difíciles del día. Es normal que se resistan porque desean estar más tiempo con papá y mamá. Pero hay que educarles en ese sentido. Para ello debes:

• Establecer un horario para dormir, ayudará al niño a mantener una rutina.
• Establecer una rutina que incluya un período de tranquilidad antes de la hora de dormir.
• Permitirle que lleve a la cama algún juguete.
• Dejarle una luz encendida o la puerta entreabierta si lo pide.
• Evitar dormirse con él. Le hará más difícil acostumbrarse a dormir solo.
• No acudir cada vez que el niño llame, sólo cuando creamos que es necesario.

No hay que olvidarse que de nada servirán estas rutinas si no las estableces con seguridad. El niño necesita sentirse seguro, si es posible en todos los momentos del día, pero especialmente a la hora de acostarse.

¿Cuánto debe dormir un niño?

Cada niño es diferente, por eso el descanso de cada uno varía, aunque de forma general, se puede seguir una norma de carácter orientativo. Si los niños se muestran más nerviosos e irritados de lo normal, es posible que su sueño sea insuficiente.

Edad               Nº Horas              Horas Siesta               Horas Noche                Total
              
 1 mes                 3                         6  -  7                         8  - 10                     15  - 16
 3 meses              3                         5  -  6                       10  - 11                         15
 6 meses              2                         3  -  4                       10  -  11                   14  -  15
 9 meses              2                         2  -  4                       11  -  12                        14
12 meses          1 -  2                      2  -  3                        11  -  12                   13  -  14
2 años                 1                         1  -  2                           11                            13
3 años                 1                         1  -  2                           11                            12

Problemas durante el sueño

Nuestra mente no para, aunque estemos durmiendo continuamos organizando información, asimilando imágenes, recuerdos y pensamientos en nuestra memoria. En el caso de los niños, los problemas más frecuentes suelen estar relacionados en su mayoría con los hábitos irregulares de dormir o con la ansiedad de irse a la cama y quedarse dormidos. También nos podemos encontrar con pesadillas y terrores nocturnos, aunque en mucha menor medida.

PESADILLAS

Generalmente es un sueño largo que suele ocurrir en el último tercio de la noche. El niño se despierta consciente y suele ser capaz de contar lo que ha soñado. Pueden afectar a partir de los dos años, aunque sean más comunes en niños de tres a seis años de edad; disminuyen con la edad. No se sabe la causa exacta, pero suele creerse que están relacionadas con el estrés y la ansiedad. En caso de tener pesadillas, debemos:
  • Estar atentos a lo que ven nuestros hijos en la tele.
  • Si creemos que tienen una pesadillas debemos acudir, pues necesitan ayuda y consuelo.
  • Deben sentirse protegidos, por eso debemos hablarles con voz tranquila y reconfortante, que sepan que os quedaréis  con ellos si así lo desean, hasta que vuelvan a dormirse.
  • Mantener la calma, notarán si estamos nerviosos y no les servirá de nada. 
  • Si ellos lo desean, hablar sobre la pesadilla y ayudarle a inventar un final feliz para el sueño.


Lo que NO debe hacerse:

No lo despiertes. Si los niños lloran pero todavía están dormidos no es necesarios despertarlos, quedarte con ellos hasta que se despierten o vuelvan a dormirse.
  • No te los lleves a tu cama y tampoco se acueste con ellos. Esto puede dar la impresión de que pueden temer su propia cama y generarles más temor.
  • No les digas que las pesadillas no son reales, tampoco decirles que “fue sólo un sueño”.
  • Explicarles qué es un sueño y que todos los tenemos.


TERRORES NOCTURNOS

Suelen aparecer a primeras horas de la noche. El niño está agitado, llora, grita, suda y se le percibe angustiado. Cuando despierta no recordará nada de lo que le ha causado malestar, por tanto no conviene interrogarles, se les generaría más confusión. Afectan sólo a un 3% de los niños y se resuelven espontáneamente en la adolescencia. Pueden desencadenarse por fiebre, falta de sueño o medicamentos.

LAS RABIETAS


Son comportamientos normales en los niños de 1 a 3 años. No debemos preocuparnos, sino dejar al niño que se tranquilice él sólo.

A esa edad suelen tener pataletas que no se solucionan dando al niño lo que pide, sino dejando que se le pase el berrinche, de lo contrario aprenderá que esa es la mejor forma de conseguir lo que quiere y la utilizará siempre que se le permita.

Suele ser la respuesta a una baja tolerancia a la frustración. En muchas ocasiones también aparecen si tiene dificultad para expresar un deseo o necesidad o simplemente para atraer la atención de personas significativas para él.

Pautas a seguir
  • Lo primero es intentar distraer su atención cuando veas que puede estar a punto de tener una rabieta.
  • Cuando la rabieta está en curso, la respuesta más efectiva es ignorarla.
  • Evita comportamientos contradictorios al fijar normas y límites.
  • Reacciona de forma tranquila pero firme, sin ceder a sus caprichos.
  • Permite que el niño haga pequeñas elecciones, sentirse independiente y participar en las pequeñas decisiones le ayuda a aceptar reglas.
  • Las respuestas agresivas, verbales o físicas no aportan soluciones. Además se convertirán en modelo que el niño imitará para resolver conflictos.

Y además

No intentéis ser unos padres perfectos que producen un hijo perfecto, ya que la mayor parte de los errores que cometáis durante la educación de vuestros hijos, quedarán compensados por las cosas buenas que hagáis, que serán muchas.

No busquéis continua y angustiosamente claves que te guíen en la educación de tu hijo. Intentar vosotros mismos averiguar qué es lo mejor para vuestros hijos.

No existe una única forma correcta de ser un buen padre, al igual que ningún experto le podrá decir exactamente todo y en cada momento lo que tiene que hacer. Es importante que mantengáis la confianza en vosotros mismos como padres. 





LOS MORDISCOS


Es una conducta que nos preocupa, aunque es un comportamiento normal al año y medio o dos años, es importante que se corrija el problema cuando aparece, pues la mejor manera de solucionarlo es intervenir inmediatamente.

Los mordiscos generalmente son causados por:
  • Mordiscos experimentales: Se producen al experimentar con el mundo. Se llevan todo a la boca y algunas veces muerden en el proceso.
  • Mordiscos de frustración: Suceden cuando se frustran y son incapaces de tolerar la situación.
  • Necesitan aprender a compartir.
  • Mordiscos de Estrés: Ocurren cuando un niño está bajo estrés emocional. La mordida puede ser un signo de estrés o de dolor cuando está disgustado o enojado.
  • Mordiscos de Impotencia: Ocurren cuando necesitan sentirse con poder. Ayúdale a que aprenda a manejar sus emociones de manera diferente la próxima vez.

¿Por qué muerden los niños y qué podemos hacer?

La forma más eficaz de tratar con este problema es entender por qué muerden. Lo hacen por varias razones diferentes:
  • Si le están saliendo los dientes, dale juguetes fríos.
  • Si está experimentando dígale con voz firme “no” y anímale a la exploración sensomotora: tocar, oler y chupar. Proporciónele variedad de materiales para jugar y planea juegos activos.
  • Si está aprendiendo a jugar con otros niños, intenta guiar su comportamiento y refuerza sus habilidades sociales.
  • Si se frustra cuando intenta expresar sus necesidades y deseos, expresa lo que él está intentando decirte y ayúdale a hablar de sus sentimientos.
  • Si se está independizando dale oportunidades para tomar decisiones apropiadas a su edad que le den control de la situación, aplaude la adquisición de nuevas habilidades y el desarrollo de su independencia.

Cómo evitar los mordiscos
  • Ponga énfasis en el comportamiento deseado.
  • Cuando a usted le guste el comportamiento del niño, dígaselo.
  • No juzgue, humille o aísle al niño que muerde.
  • No permita juegos que incluyen mordiscos “de mentira” o bruscos y fuera de control.
  • Ayude al niño a conectar con los otros niños.

EL LLANTO DEL BEBÉ


Los bebes pronto aprenden que el llanto es una herramienta de comunicación. Muchas veces lloran, pero no les pasa nada, solo quieren llamar nuestra atención. Por eso el llanto no se debe reprimir, sino interpretar. Gritará y llorará si tiene sueño, hambre, frío, miedo, soledad, tristeza, cansancio, dolor o molestias. Sus sentimientos y sensaciones negativas nos las va a poder comunicar mediante llanto y gritos. Más adelante aprenderá otros mecanismos para comunicarse.

Hay diferentes tipos de llanto:
  • Llantos de necesidad básica: hambre, sueño, caca, dolor o malestar.
La necesidad debe ser satisfecha y acompañarla con mimos esta bien, pero el origen es la necesidad a satisfacer: darle de comer, cambiar el pañal... Si atendemos a este llanto no estamos satisfaciendo su verdadera necesidad sino que reforzamos el llanto como herramienta de control. Es más conveniente mecerle, cantarle, sonreirle, estar en su campo visual hasta que se le satisfaga la necesidad.
  • Llantos de frustración: normas y límites.
Cuando empiezan a descubrirse y a interactuar con el mundo, se encuentran situaciones frustrantes y lloran para que el adulto se las solucione, como alcanzar un juguete, caerse cuando están sentados... Debemos ayudarles con la mirada alegre, pero no dárselo todo hecho, enseñarles que pueden superar situaciones por sí mismos y que además es divertido, adquiriendo así mayor autonomía, tolerancia a la frustración y poco a poco autorregular su mundo interno buscando soluciones.

Cómo calmarle
  • Mécele: Se calman con un movimiento rítmico. Mécele suavemente en la cuna o en el cochecito.
  • Ponle en posición erguida: Apóyale contra tu hombro y acaríciale la espalda mientras caminas y le cantas o le hablas suavemente.
  • Ponle el chupete: Con el tiempo, podrá ser retirado.
  • Túmbale sobre tu pecho: Recuéstate apoyándote sobre unos almohadones y pon al bebé sobre tu pecho bocabajo y acariciale la espalda para relajarle.
  • Sonriele mirándole a los ojos, háblale, dale seguridad, no es bueno aumentar la tensión con nuestros nervios.
Muchas veces no hay que hacerle caso hasta que se calmen; decirle “no” con expresión de enfado, con determinación pero sin dureza, sabiendo que es por su bien. Si se atascan en el llanto, hacerle reír cantando o dándole un juguete antes de cogerlo, que no asocie “llanto-brazos” y comience un bucle que reforcemos sin darnos cuenta.

Todo se puede conseguir con rutinas, crear hábitos da seguridad y confianza en la medida en que sabe lo que sucederá a continuación. Un niño que se siente seguro es un niño feliz.

Objetos de consuelo
Es posible que tenga un juguete o un objeto de apego del que no suele separarse y al que recurre en los momentos “críticos”, suelen ser un peluche o una mantita. Le ayudará a dormirse y sentirse seguro en determinadas situaciones. No hay motivo para preocuparse, ni razón para retirárselo. Con el tiempo se irá haciendo más independiente y terminará por olvidarlo.

¿Por qué llora un niño mayor?
Al crecer su patrón de llanto cambia, aprende más medios para comunicarse. Sus lloros son más fáciles de interpretar. Un paso fundamental en su comunicación es la adquisición del lenguaje, dejando el llanto para mostrar rabia, pena, dolor o conseguir lo que desean.
  • Sentimiento de rabia: es muy sano exteriorizarlo en forma de llanto. El niño pasará rápidamente del lloro escandaloso a una situación de absoluta normalidad, porque ha tenido la oportunidad de manifestar lo que sentía y por lo tanto le es más fácil recobrar la serenidad.
  • Conseguir lo que quiere: Ante esto no se debe ceder, sino dejarle llorar, que se vaya apaciguando poco a poco. Durante una rabieta es absurdo tratar de razonar, hay que estar a su lado y cuando se haya calmado, hablar de lo que ha ocurrido. Si le consentimos, aprenderá a utilizar esta herramienta para conseguir lo que quiere. Si comprueba que este recurso no es eficaz, dejará de utilizarlo.
  • El miedo también es motivo de llanto. Con sus pocos años, puede parecerle aterradora una situación nimia para un adulto. Respeta su miedo y razona con afecto, explicándole que no existe tal peligro. Ofrécele seguridad.
  • Cuando se hace daño, se suele actuar de dos formas distintas y equivocadas:
    1. Coger al niño y llenarle de besos, exagerando lo ocurrido. Se consigue que se asuste al creer que el incidente es más grave de lo que creía y llorará desconsoladamente. Ofrecerle un premio y para que “deje de doler”. A partir de entonces el niño aprenderá el patrón y reproducirá la misma escena cada vez que se lastime.
    2. Subestimar el daño, diciéndole: “no llores más, no ha sido nada”, “los chicos no lloran”, etc. Se ha caído, probablemente le duela y se ha asustado. Hay que tranquilizarle y comentar el susto que se ha dado más que el daño que se haya hecho.

Debemos recordar que somos un modelo permanente para ellos, debemos guardar la calma y tener paciencia, ya que somos su sustento de seguridad, no es bueno aumentar la tensión con nuestros nervios o miedos. Todo se puede conseguir con rutinas o “secuencias de acciones repetitivas cotidianas que le crearán un habito”, ésta es la clave para que sientan seguridad. Un niño que se siente seguro es un niño feliz.



EL JUEGO Y LOS JUGUETES


El juego es una actividad, que además de placentera, es necesaria para el desarrollo cognitivo y afectivo del niño. Favorece la maduración y el pensamiento creativo. Con el juego, los niños comprenden cómo funcionan las cosas, lo que puede o no puede hacerse con ellas, descubren que existen reglas de causalidad, probabilidad y conducta que deben aceptar si quieren que los demás jueguen con ellos. Los juegos de los niños deben considerarse como sus actos más serios.

El juego espontáneo está lleno de significado. Si queremos conocer al niño, es necesario comprender sus juegos, descubrir sus inquietudes, miedos y deseos que no pueden expresar con palabras y que encuentran salida a través del juego. El tipo de juego muestra su evolución:

TIPO DE JUEGO
ETAPA EVOLUTIVA
ASPECTO QUE FAVORECE

JUEGO SENSORIOMOTOR

El movimiento
de 0 a 2 años
  • Desarrollo de los sentidos a través de la manipulación.
  • Control y coordinación de movimientos
  • Descubrimiento de las posibilidades de su cuerpo

JUEGO
SIMBÓLICO

El lenguaje
de 3 a 5 años
  • La comunicación, imitación del adulto y su identificación
  • La curiosidad y representación del mundo que les rodea
  • La expresión de sus miedos y angustias...
JUEGO
REGLADO
La socialización
de 6 a 8 años
  • La inteligencia lógica, el razonamiento.
  • La cooperación con los demás
  • La superación de las frustraciones y resolución de conflictos
  • La motricidad fina
  • La expresión de los sentimientos, autocontrol, autoestima
El principio del juego
Durante los primeros dieciocho meses el niño se relaciona con el mundo a través de sus sentidos y actuando sobre él. Sólo existe el aquí-y-ahora. Su primer juego es conseguir repetir movimientos de su cuerpo, meterse la mano en la boca... Después intenta reproducir reacciones en objetos fuera de él, mover un sonajero, etc. Hay un juguete esencial, la persona que está con él, que le cuida, le habla, le canta, le acaricia y juega.

El juego simbólico
El juego simbólico o de ficción es el juego infantil por excelencia. El niño necesita inventarse su propio mundo a partir de aquello que vive, traduciéndolo a un lenguaje simbólico y personal, con el que adapta el mundo a sus necesidades. Por medio de este juego el niño asimila poco a poco ese mundo externo y se adapta.

Juego y desarrollo intelectual
Es una actividad necesaria para su desarrollo intelectual, emocional y social. Permite tres funciones básicas: la asimilación, comprensión y adaptación a la realidad. Favorece adquisiciones sociales tempranas y habilidades de comunicación social.

Juego y personalidad
Los niños, al jugar, desarrollan múltiples facetas de su personalidad:
  • Aprenden a relacionarse con el entorno y perfeccionan sus múltiples habilidades
  • Desarrollan sus aspectos más creativos
  • Canalizan su energía física, mental y emocional
El juego cambia con el crecimiento del niño. Pronto estará representando personajes y expresándose libremente. Establecerá reglas a los juegos, ejercitando su capacidad de autocontrol y autonomía.

Los mejores juguetes
En el mercado, la oferta de juguetes es tan grande y variada que es muy difícil decidirse por el más adecuado o el mejor. ¿Qué se debe considerar a la hora de elegir un juguete para un niño? Saber cuántos juguetes se deben adquirir, de qué tipo, cuáles son los mas acertados en función de la edad, ayudará a realizar una compra más inteligente que redundará en beneficio de los niños, "más vale poco y bien elegido que mucho y revuelto".
  • Juguetes para bebés de 0-1 año: “la vida en movimiento”
Juguetes que estimulen los sentidos: con colores, texturas y sonidos diferentes. También los cubos de  colores que se pueden apilar, agrupar, manipular y tirar.
- Juguetes que estimulen el movimiento: fáciles de agarrar, estimuladores del gateo, pelotas, tentetiesos y balancines.
- Juguetes que estimulen la afectividad: peluches, muñequitos...

Durante su primer año, el juguete preferido del niño es su propio cuerpo. Necesita aprender a dominarlo y a realizar coordinaciones entre los distintos sentidos para desarrollar su inteligencia. Alrededor del año, comienza a moverse, gatea, se mantiene de pie, anda, corre, salta... Para que corra es necesario que haya andado, y para andar es imprescindible gatear. Tener seguridad en su cuerpo le ayuda a tener seguridad en el resto de las cosas. Cualquier cosa que fomente su movimiento de forma segura será un buen juguete: el campo, el parque...
  • Juguetes de 1 a 2 años: “la infancia mágica”
- Juguetes que inviten a recorrer el espacio: andadores y corre-pasillos hasta saber andar, y de ahí hasta los cochecitos.
- Juguetes que permitan relacionar hechos de causa-efecto y experimentar.
- Juguetes que estimulen la imitación de acciones simples: animales, títeres, teléfonos, coches...

Durante su segundo año de vida adquiere una capacidad nueva de trascendental importancia para su desarrollo: la capacidad de representar, que le permite salir del aquí-ahora. Ya dice lo que ha hecho o lo que va a hacer, imita algo que ha visto que no está presente, lo dibuja, y "juega a hacer que", dándole a un objeto un significado distinto del propio en función de su semejanza. Este juego le introduce en la sociedad; a través de él descubre realidades, algunas muy lejanas (el hospital, la selva...). El jugar-a-hacer-que le permite "jugar" con sus preocupaciones, expresándolas y buscando soluciones. Es una de las mejores formas de desarrollar el lenguaje. Cualquier cosa se puede convertir en otra.
  • Juguetes para niños de 2 A 4 años: “los amigos”
- Juguetes para el aire libre: triciclo, pelotas, comba, cubos, palas...
- Para pintar, construir, encajar y mejorar su habilidad manual. También bicicletas, pizarras, magnetófonos.
- Para imitar escenas familiares y profesionales: cuentos, marionetas, muñecos, cocinas, comercios, juguetes de oficios, etc.

A partir de los 3 años, el niño empieza a preguntar, a aprender canciones y sobre todo a jugar con sus amigos,
los mejores juguetes son sus amigos. Con ellos y pocas cosas más, inventará sus mejores aventuras y se entrenará en las habilidades de cooperación y negociación.

Orientaciones a la hora de elegir juguetes
  • El juguete debe ser deseado por el niño.
  • Que sea seguro y de materiales adecuados. Cuanto más pequeño es el niño, más grandes deben ser los juguetes.
  • Adecuados a su edad pensando, siempre, en la finalidad y actitudes que desarrollan en nuestros hijos.
  • Tener en cuenta su personalidad: un niño retraído necesitará juegos socializadores (varios jugadores); a un niño hiperactivo le resultarán adecuados juegos de atención, artísticos...
  • Que sea simple. Desarrollará su fantasía.
  • No comprarlos para satisfacer un capricho momentáneo.
  • Debemos tener en cuenta que el exceso de juguetes mata la fantasía y produce aburrimiento.

"Y ten en cuenta que su mejor juguete eres tú”