sábado, 21 de enero de 2012

LOS CELOS

Son un estado afectivo caracterizado por el miedo a perder el cariño y la atención de alguien querido, este sentimiento va acompañado de envidia y percibe la realidad distorsionada.

La rivalidad entre los hermanos por conseguir el afecto y la atención de los padres suele ser el principal motivo de celos.

Causas de los celos
  • Nacimiento de un hermano, tiene que compartir la atención que se le dedicaba.
  • Sentimiento de inseguridad y de inadaptación.
  • Favoritismos y preferencias de los padres.
Las reacciones mas frecuentes
  • Lloro frecuente y sin motivo aparente, tristeza.
  • Responder con un NO sin escuchar lo que se le expone.
  • Cambio de estado de ánimo sin causa aparente, vuelven las rabietas.
  • En ocasiones adoptan conductas desafiantes hacia los padres.
  • Vuelve a chuparse el dedo, hacerse pis encima y cambios en el sueño.
  • Utiliza de nuevo el "lenguaje bebé“.
  • Afectuosidad excesiva hacia el bebé.
Ante el nacimiento de un nuevo hermano
  • Que comprenda que se le va a seguir queriendo.
  • Intentar cambiar lo menos posible su rutina tras el nacimiento del hermano.
  • Hablar de “igual a igual" con el primogénito respecto al bebé.
  • Dedicar al día un tiempo exclusivo para él.
  • Nunca alejarle por el nacimiento de un hermano.
Líneas de intervención
  • Prevenir
  • Fortalecer la autoconfianza
  • Educar en la afectividad
  • Modificar la conducta
Educar en el control de las emociones, que expresen lo que sienten con libertad y puedan compartir tristezas y alegrías, soportar pequeñas frustraciones, alegrarse del éxito de los demás y aceptar limitaciones y dificultades con optimismo. 

Evitar
  • Privilegios y comparaciones entre los diferentes hijos.
  • La competitividad entre hermanos.
  • Las atenciones y dedicación excesivas y exclusivas.
  • Recompensas al "chivato".
  • Entrometernos en los conflictos de los hijos y tomar partido.
Qué debemos hacer
  • Fomentar la cooperación.
  • Tratar con afecto y atención para que todos se sientan queridos.
  • Favorecer el juego con todos los hijos.
  • Promover un clima de sosiego y tranquilidad en todo momento.
  • Respetar y admitir los límites establecidos.
  • Respetar el espacio de juego e intimidad de cada hijo.

NIÑOS AUTÓNOMOS E INDEPENDIENTES

Gran parte de nuestro trabajo consiste en modelar hábitos de autonomía y responsabilidad desde una edad temprana, teniendo en cuenta que educar en los hábitos de autonomía no es facilitar el trabajo de los padres o de los educadores, ser autónomo es ser uno mismo, diferenciado de los demás, es tener conocimiento de uno mismo, de lo que deseamos y sentimos. 

Hay dos elementos clave a a hora de educar un hábito; el amor con el que se lo enseñámos y la perseverancia. No debemos olvidar que un hábito se logra a partir de la repetición y que la total adquisición de una habilidad no se da de un día para otro. Es importante valorar los logros parciales de los niños, alentarlos para que sientan que son capaces y que pueden mejorar.

Muchos padres suelen anticiparse a sus acciones y no les dejan actuar o hacer cosas que podrán hacer solos, actúan así porque creen que sus niños aún no tienen capacidad para evitar hacerse daño o por comodidad para conseguir resultados más rápidos.

El niño querrá ir haciendo cosas solo: caminar, correr, gatear, saltar, investigar objetos y situaciones, ponerse la ropa, lavarse los dientes, atarse los zapatos... logrando cada vez una mayor autonomía. Es bueno alentarlo a resolver sencillos problemas a través de juegos, juguetes y situaciones cotidianas, si se le da todo hecho, si se le da sobreportección, le haremos pasivo y dependiente. 

Las capacidades que el niño va adquiriendo le permite hacer un papel cada vez más proactivo con las personas de su entorno. Poco a poco intentarrealizar acciones por cuenta propia sin querer ser ayudado. Precisa elegir, decidir, tomar iniciativas, cometer errores y comprobar lo que ocurre tras sus acciones. Sólo así aprendera encontrar soluciones a sus propios problemas. Necesita sentir que se confía en él; tener posibilidad para hacer acciones solo y mostrar sus logros aumentarla confianza en sí mismo.

Enseñarles a hacer las cosas por sí mismos, es enserles a hacerse cargo de las consecuencias de sus actos, educándolos en la responsabilidad. Es importante darles la oportunidad de que se equivoquen, de que se caigan, de que fallen. Tienen que aprender a asumir responsabilidades de acuerdo a su edad, ya que si no pueden asumir pequeñas tareas, ¿cómo lo harán con grandes responsabilidades cuando sean adultos?

Tan importante como no sobreproteger es no sobreexigir, para ello es necesario tener en cuenta la edad del niño, su capacidad y posibilidades, para ayudarlo a desarrollar tolerancia ante la frustración que sienta al no lograr algo o no saber manejar ciertas situaciones.

Hay una edad en que el niño empieza a tener iniciativa y quiere descubrir. Si coartamos ese ánimo, estaremos educando un niño apagado, abánico y sin motivaciones, por eso hay que darles oportunidades y dejarlos que corran riesgos medidos, según su edad, por supuesto. Si hay un no, debe ser por un riesgo real y lo mejor serexplicar el motivo de la negativa haciendo hincapien el riesgo que se estcorriendo. Si el riesgo no es real, hay que soltarlo, pero soltarlo significa que aprenda a responsabilizarse de sus propias experiencias, no significa abandonarlos en esa tarea. Autonomía y responsabilidad van de la mano, la capacidad de elegir conlleva hacerse cargo de la decisión tomada.

Si favorecemos la autonomía en los niños, tratando de no sobreprotegerlos, les iremos inculcando una buena imagen de smismos, con convicción y recursos que les permitan superar las dificultades que se vayan presentando, poder adquirir un pensamiento y una reflexión que les proporcionarideas propias para poco a poco ir aprendiendo a decidir y decir no ante situaciones que no deseen, con seguridad y convicción ante los demás. 

EL APEGO

Vínculo madre-hijo


La capacidad de formar y mantener relaciones es lo más valioso que tiene el ser humano. Estas son absolutamente necesarias para que podamos sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearnos.

El apego es un concepto que ha sido desarrollado en el área de la psicología y se describe como “el vínculo emocional recíproco y perdurable en el tiempo entre el niño y su cuidador”. Esto quiere decir que el apego es el vínculo (relación afectiva, conexión emocional) que se establece entre el niño y quien se encarga de su crianza, que generalmente es la madre o el padre. Es una relación perdurable en el tiempo, en la que tanto el niño como su cuidador contribuyen a la calidad de la relación.

Así como el cerebro nos permite ver, oler, pensar o movernos, también es el órgano que nos permite amar. Estos sistemas cerebrales que nos permiten formar y mantener relaciones, se desarrollan durante la infancia. Por ello, las experiencias en estos primeros y vulnerables años del desarrollo evolutivo del niño, influyen en su capacidad para formar relaciones emocionalmente saludables. La empatía, el afecto, el deseo de compartir, la capacidad de amar y ser amado y un sinnúmero de características de una persona asertiva y feliz, están asociadas a la capacidad de apego formada en la infancia.

Definición de apego

En el desarrollo infantil, el apego se refiere a un vínculo especial que se forma entre madre-hijo. El vínculo de apego tiene varios elementos claves:
  1. Es una relación emocional perdurable con una persona.
  2. Dicha relación produce seguridad, sosiego, consuelo, agrado y placer.
  3. El apego se forma en los primeros meses de edad, de 8 a 36.
  4. La pérdida o la amenaza de pérdida de la persona con la que se mantiene la relación evoca una intensa ansiedad.
  5. Esta relación ofrece el andamiaje funcional para todas las relaciones que el niño desarrollará en su vida.

Una relación sólida y saludable de apego, se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un apego pobre esta asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida. Los vínculos resultan particularmente cruciales en la primera infancia, debido a que influyen de manera importante en el desarrollo de la personalidad.

Formas de apego
Tradicionalmente se definen los tres siguientes patrones de apego:
  • Estilos de apego seguro: reciben seguridad cuando están angustiados. Tienen cuidadores sensibles a sus necesidades. Confían en sus figuras de apego, pues sienten que estarán disponibles, responderán y les ayudarán en la adversidad. Las personas con apego seguro tienden a ser más cálidas, estables, con relaciones satisfactorias, positivas y con perspectivas coherentes de sí mismo.
  • Estilos de apego evasivo: exhiben un aparente desinterés y desapego a la presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos niños tienen poca confianza en ser ayudados, poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los otros.
  • Estilos de apego ansioso-ambivalente: responden a la separación con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos niños no tienen expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores.

Un vínculo no seguro, caracterizado por la poca calidez emocional, inestabilidad, incongruencia y en algunos casos maltrato infantil, está íntimamente vinculado a una gran cantidad de desórdenes y problemas emocionales, cognitivo-conductuales y sociales en la infancia y en la vida adulta.

Experiencias que forman vínculo

El factor más importante en la creación del apego, es el contacto físico positivo, abrazar, besar, mecer, etc., ya que estas actividades causan respuestas específicas en el cerebro que llevan a la organización normal de los sistemas cerebrales responsables del apego. Durante los primeros tres años de vida, el cerebro coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la vida.

La relación más importante en la vida de un niño es el apego a su madre o cuidador, ya que esta primera relación determina el “molde” biológico y emocional para sus relaciones futuras.

Los niños con apego de tipo inseguro, generalmente manifiestan entre otros, trastornos del aprendizaje y bajo rendimiento escolar. Para un proceso de aprendizaje efectivo son indispensables funciones como memoria, percepción, atención y reflexión. Estas funciones están afectadas en una relación de apego inseguro, abuso o maltrato.

"Sentirse querido significa, para cualquier niño, sentirse aceptado y valorado. Intentará resolver o superar situaciones difíciles apoyándose en la seguridad afectiva de ser aceptado. El niño necesita el afecto incondicional, el que perdura sin exigencias, que no depende de su comportamiento. Podrá equivocarse o cometer errores, pero sin perder por ello el afecto. Esto le muestra que él vale por sí mismo, con sus posibilidades y limitaciones. Es una fuente de tranquilidad, seguridad y autoestima. Este afecto incondicional es el pilar fundamental del apego seguro”
(Munist et. al., 1998)