sábado, 21 de enero de 2012

NIÑOS AUTÓNOMOS E INDEPENDIENTES

Gran parte de nuestro trabajo consiste en modelar hábitos de autonomía y responsabilidad desde una edad temprana, teniendo en cuenta que educar en los hábitos de autonomía no es facilitar el trabajo de los padres o de los educadores, ser autónomo es ser uno mismo, diferenciado de los demás, es tener conocimiento de uno mismo, de lo que deseamos y sentimos. 

Hay dos elementos clave a a hora de educar un hábito; el amor con el que se lo enseñámos y la perseverancia. No debemos olvidar que un hábito se logra a partir de la repetición y que la total adquisición de una habilidad no se da de un día para otro. Es importante valorar los logros parciales de los niños, alentarlos para que sientan que son capaces y que pueden mejorar.

Muchos padres suelen anticiparse a sus acciones y no les dejan actuar o hacer cosas que podrán hacer solos, actúan así porque creen que sus niños aún no tienen capacidad para evitar hacerse daño o por comodidad para conseguir resultados más rápidos.

El niño querrá ir haciendo cosas solo: caminar, correr, gatear, saltar, investigar objetos y situaciones, ponerse la ropa, lavarse los dientes, atarse los zapatos... logrando cada vez una mayor autonomía. Es bueno alentarlo a resolver sencillos problemas a través de juegos, juguetes y situaciones cotidianas, si se le da todo hecho, si se le da sobreportección, le haremos pasivo y dependiente. 

Las capacidades que el niño va adquiriendo le permite hacer un papel cada vez más proactivo con las personas de su entorno. Poco a poco intentarrealizar acciones por cuenta propia sin querer ser ayudado. Precisa elegir, decidir, tomar iniciativas, cometer errores y comprobar lo que ocurre tras sus acciones. Sólo así aprendera encontrar soluciones a sus propios problemas. Necesita sentir que se confía en él; tener posibilidad para hacer acciones solo y mostrar sus logros aumentarla confianza en sí mismo.

Enseñarles a hacer las cosas por sí mismos, es enserles a hacerse cargo de las consecuencias de sus actos, educándolos en la responsabilidad. Es importante darles la oportunidad de que se equivoquen, de que se caigan, de que fallen. Tienen que aprender a asumir responsabilidades de acuerdo a su edad, ya que si no pueden asumir pequeñas tareas, ¿cómo lo harán con grandes responsabilidades cuando sean adultos?

Tan importante como no sobreproteger es no sobreexigir, para ello es necesario tener en cuenta la edad del niño, su capacidad y posibilidades, para ayudarlo a desarrollar tolerancia ante la frustración que sienta al no lograr algo o no saber manejar ciertas situaciones.

Hay una edad en que el niño empieza a tener iniciativa y quiere descubrir. Si coartamos ese ánimo, estaremos educando un niño apagado, abánico y sin motivaciones, por eso hay que darles oportunidades y dejarlos que corran riesgos medidos, según su edad, por supuesto. Si hay un no, debe ser por un riesgo real y lo mejor serexplicar el motivo de la negativa haciendo hincapien el riesgo que se estcorriendo. Si el riesgo no es real, hay que soltarlo, pero soltarlo significa que aprenda a responsabilizarse de sus propias experiencias, no significa abandonarlos en esa tarea. Autonomía y responsabilidad van de la mano, la capacidad de elegir conlleva hacerse cargo de la decisión tomada.

Si favorecemos la autonomía en los niños, tratando de no sobreprotegerlos, les iremos inculcando una buena imagen de smismos, con convicción y recursos que les permitan superar las dificultades que se vayan presentando, poder adquirir un pensamiento y una reflexión que les proporcionarideas propias para poco a poco ir aprendiendo a decidir y decir no ante situaciones que no deseen, con seguridad y convicción ante los demás. 

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